En defensa de la Institucionalidad

Por: Jorge Fernando Perdomo

Cuando la política quiere controlar todo, incluido las instituciones del sector privado, patrimonio de los gremios que las han construido y preservado con esfuerzo propio es un mal presagio.

La captura del sector privado por parte de la clase política es una forma de corrupción, que debilita el tejido empresarial y lo deja a merced de la voracidad del clientelismo que no le basta con tener todo el sector oficial para saciar su apetito desmedido.

Este gobierno ya ha dado claras muestras de este propósito. Comenzó con la disputa del gobierno nacional contra el presidente de la ANDI Bruce Mac Master cuando el gremio más importante del país expresaba sus preocupaciones por la reforma tributaria y sus efectos nocivos para la economía. El asesor económico del Presidente sugirió el relevo en la dirección del gremio al manifestar que el gobierno necesitaba un interlocutor válido con el gremio.

Después con asombro asistimos al propósito del Presidente Petro de sacar el anterior gerente de la Federación de Cafeteros Roberto Vélez, y una vez logrado, de atajar y ahora remover a Germán Bahamón, por haberse atrevido hace varios años a criticar decisiones de Petro cuando era alcalde de Bogotá, con el argumento que la Federación, administra el fondo parafiscal del café, una cuenta conformada por dineros considerados públicos. Sin embargo el Congreso Cafetero con la decisión unánime de sus comités departamentales eligió al Huilense Bahamón quien ahora soporta la embestida permanente del gobierno nacional, como la reunión con las bases cafeteras que este miércoles en Pitalito ha organizado el Secretario de Agricultura del departamento, línea Petrista, con el propósito de socavar su gobernabilidad, aprovechando las dificultades que aparecen por factores exógenos, como la baja en el precio, la caída del dólar, que genera preocupación y perdidas a los caficultores. La tiene difícil German Bahamón.

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Esa voracidad desmedida por el clientelismo y tratar de acaparar más y más control del sector privado los quiere llevar a imponer un sucesor de esa línea Petrista-Gobierno departamental en el gremio más importante del departamento del Huila la Cámara de Comercio. La renuncia del Director Ejecutivo Ariel Rincón estaba cantada, no solo por sus dificultades de gobernanza sino también por los propósitos de esta nueva alianza, que no les basta tener todo el sector oficial al servicio de sus ambiciones burocráticas y propósitos político electorales, sino que van por la joya de la corona del sector privado.

Las Cámaras de Comercio como organismos público – privado son delegatarias de funciones públicas pero su razón principal es la promoción de la prosperidad de sus afiliados fortaleciendo el tejido empresarial. Ahí para preservar la independencia y gobernabilidad no debe llegar un ficha de los políticos.

Tuve oportunidad de presidir su junta directiva hace varios años y fui testigo del cambio y desarrollo de su infraestructura. Pero hay un lunar que debe acometer el sucesor de Ariel Rincón. La “fuga” de innumerables empresas con capital significativo, refleja la ausencia de una política de atracción del capital privado para la creación y desarrollo empresarial. El gravoso régimen impositivo, la excesiva tramitología, sumado a la inseguridad, deficientes servicios públicos ahuyenta la inversión privada. Ese será el reto para el próximo director ejecutivo de la Cámara de Comercio en coordinación con los gobernantes que se elijan en las elecciones de octubre.