Falso profeta manipulaba a sus víctimas para que se desnudaran

El supuesto falso profeta está respondiendo ante la justicia por los delitos de acceso carnal violento con menor de 14 años, matrimonio servil y porte ilegal de armas de fuego.

Edinson Camilo Gómez Ruiz, de 48 años, conocido como el ‘Ungido’ o el ‘Eterno’, fue identificado como un falso profeta que, según la Policía, logró persuadir a mujeres y hombres para formar una secta religiosa. Se cree que esto le proporcionaría beneficios económicos para satisfacer sus lujos y excentricidades, e incluso, según las denuncias que están siendo investigadas por las autoridades, participar en actividades sexuales.

Gómez aprendió a perfilar a sus víctimas, siendo su principal objetivo su esposa Nancy, a quien llamaba «la mariposa». Sin embargo, ella representa solo la punta del iceberg, ya que hay numerosas víctimas, aunque pocas se atreven a denunciar.

Las autoridades revelaron que después de la iniciación, el modus operandi consistía en ejercer un control total sobre las personas, abarcando aspectos religiosos, laborales, estudiantiles y de comportamiento.

Cristina una de las víctimas experimentó uno de los momentos más difíciles cuando fue «ungida», durante el cual el líder la obligó a desnudarse y la untó con aceite, tocando incluso sus partes íntimas mientras hablaba en lenguas. Rosa, otra víctima, compartió que cayó en esta red de mentiras con su esposo durante cinco años en busca de aceptación.

Las personas que ingresaban a la secta, incluso aquellas con parejas, experimentaban situaciones extrañas, como intentos de separación y distanciamiento de sus familias, llegando al extremo de considerar un castigo estar cerca de sus seres queridos.

Se describieron rituales que incluían cortaduras de sangre para supuestos pactos, bailes, consumo de Habano, narguila y licor proporcionado por el líder, además de ocasiones en las que él cantaba y realizaban rituales de oración.

“Estaba como en el vestir que es el de las niñas y pasaba una a una, y teníamos que estar desnudas y había que cerrar los ojos y él usaba como un aceite de oliva y teníamos que cerrar los ojos y hacer una oración, y él empezaba desde la frente a hacer oraciones y bueno, como a simular que estaba haciendo algo religioso. Bajaba por los senos, tocando los senos de una manera, que ya se excedía de ser un tacto de simplemente normal, ya bajaba a la parte íntima y tenía que introducir sus dedos con aceite como para que termináramos de quedar limpias internamente” relata una de las víctimas