Hallan casi 10 mil cerebros en un sótano de Dinamarca
Escrito por Daniela Perdomo Reyes - 03/18/2023
Los cerebros eran utilizados para estudiar enfermedades psiquiátricas.
Lo que parecía un rumor en algunos lugares de Dinamarca se convirtió en realidad tras encontrar miles de cerebros de personas con trastornos de salud mental guardados en una universidad de la ciudad de Odense.
Según datos históricos, a finales de la Segunda Guerra Mundial, el psiquiatra Erik Strömgren, decidió desarrollar un proyecto que le permitiera estudiar las causas de las enfermedades mentales de miles de pacientes.
Para la época, las autopsias en pacientes psiquiátricos se practicaban de forma rutinaria y sin grandes investigaciones, hasta que al médico Strömgren se le ocurrió la idea de extraer los cerebros de los cadáveres y conservarlos para buscar las causas de la esquizofrenia, demencia, depresión y bipolaridad.
Pues no había una ley que restringiera el uso de los cerebros en ese país, e incluso los pacientes con enfermedades mentales debían tramitar un permiso especial para poderse casar, sin embargo, esto fue abolido en 1989.
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Es así como después de la Segunda Guerra Mundial y hasta el inicio de los años 80, sin el consentimiento de los difuntos o sus familias, extrajeron un total de 9.479 cerebros, que se conservaron en recipientes blancos con formol.
De esos cerebros, más de 5 mil sufrían de demencia; casi 2 mil tenían esquizofrenia y trastorno bipolar, además de los 300 con depresión.
«Era investigación experimental. (Pensaban) poder descubrir alguna cosa sobre la ubicación de las enfermedades mentales», dijo Jesper Vaczy Kragh, historiador de psiquiatría, en entrevista a la agencia de noticias AFP.
Hasta 1982, el país europeo decidió ponerle fin a este tipo de prácticas y el tema fue epicentro de debate por la profanación de cadáveres que se ejecutó durante cuatro décadas y la ética en los estudios de la ciencia.
La falta de financiación y el olvido del proyecto en Aarhus, hizo que este secreto saliera a la luz. En 2018 Martin Wirenfeldt Nielsen, patólogo en la Universidad del Sur de Dinamarca, en Odense fue contactado para ofrecerle la colección.
Los cerebros fueron transportados en baldes blancos, e identificados con un número hecho con marcador negro. Aún estos órganos que están aún intactos, permanecen en ese lugar, a la espera de que se defina cuál será su futuro.
