42 años después universitarios desaparecidos recibieron reconocimiento póstumo

Las familias de los estudiantes desaparecidos en 1982 recibieron los diplomas honoríficos, un gesto que reconoce su lucha incansable por la verdad y la justicia

En una emotiva ceremonia llevada a cabo en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional, ocho estudiantes desaparecidos en 1982 recibieron un grado honorífico y simbólico, marcando así un hito en la historia académica del país.

Las familias de Alfredo y Humberto Sanjuán, Edgar Villamizar, Edilbrando Joya, Gustavo Campos, Pedro Pablo Silva, Guillermo Rafael Pardo y Orlando García, agrupadas en el Colectivo 82, lograron que la Universidad Nacional les otorgara este reconocimiento, poniendo fin a 42 años de espera y lucha por la memoria de sus seres queridos.

Este gesto de la Universidad Nacional simboliza un importante paso en el reconocimiento de los derechos de las personas desaparecidas en el contexto del conflicto armado colombiano, y fue posible gracias a un protocolo presentado por las familias para que se reconociera el trayecto académico de los jóvenes hasta el momento de su desaparición. La autorización para este grado honorífico llegó el 11 de septiembre de 2023, tras una solicitud realizada por el Colectivo 82, respaldada por una cátedra apoyada por estudiantes y el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo.

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En una marcha de claveles blancos por el campus universitario que culminó en el auditorio, se realizó esta ceremonia colectiva, que representa un acto de reparación simbólica para las familias y un reconocimiento a la lucha incansable por la verdad y la justicia. El contexto de la desaparición, ocurrida en 1982, estuvo marcado por la intensa búsqueda de los hijos del narcotraficante José Jader Álvarez, lo que desencadenó operativos de búsqueda por parte del Estado, resultando en la detención y desaparición de jóvenes como los ahora homenajeados.

Después de 31 años de incansable lucha, la Fiscalía 52 especializada en Derechos Humanos declaró como crimen de lesa humanidad la desaparición de estos jóvenes, brindando así un atisbo de justicia en medio del dolor y la incertidumbre que han marcado la vida de sus familias.