¿Cómo saber si estás envejeciendo bien? 

Más allá del ejercicio y la alimentación balanceada, existen diversos elementos que contribuyen a una vida plena y saludable.

Imagen de referencia tomada de internet.

El envejecimiento exitoso abarca tres componentes esenciales: la salud física, la conexión emocional y el respaldo mental. Estos factores se entrelazan para promover un estilo de vida vibrante y saludable. Los profesionales de la salud enfatizan que existen señales evidentes que indican un envejecimiento bien gestionado, brindando también consejos para aquellos que puedan sentir que no están alcanzando este objetivo.

Una de las señales destacadas es la dedicación al aprendizaje constante. En este sentido, los médicos resaltan la importancia de estimular la salud cognitiva, fomentando la adquisición de nuevas habilidades, ya sea a través de juegos, ejercicios mentales, idiomas o música. Este enfoque no solo contribuye al desarrollo personal sino que también fortalece las conexiones cerebrales, manteniendo la agudeza mental a lo largo del tiempo.

La honestidad acerca de las propias necesidades se destaca como otro indicador crucial de un envejecimiento saludable. Superar el ageísmo y comunicar abiertamente sentimientos de soledad o requerimientos emocionales es esencial para mantener conexiones significativas con otros. Además, abordar problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, es fundamental para un envejecimiento bien gestionado.

La construcción y mantenimiento de conexiones sociales ocupan un lugar central en las señales de envejecimiento saludable. La soledad y el aislamiento, especialmente agravados por la pandemia de COVID-19, representan desafíos significativos. Fortalecer vínculos con amigos, familiares o comunidades locales se convierte en una estrategia clave para mantener la salud mental y combatir la sensación de aislamiento.

La atención a la salud física es un pilar esencial en el proceso de envejecimiento. Esto incluye seguir una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras. Además, mantenerse físicamente activo mediante ejercicios que aborden la fuerza muscular y la aptitud cardiovascular contribuye a prevenir la pérdida de masa muscular y reduce el riesgo de caídas.

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La participación en actividades placenteras es otro indicador positivo. A pesar de las posibles enfermedades crónicas o lesiones, dedicar tiempo a disfrutar de pasatiempos, voluntariado o actividades con seres queridos es esencial. Este enfoque contrarresta la sensación de aburrimiento, que puede ser una señal de alerta al envejecer.

El manejo adecuado de los medicamentos también es vital. Mantener una comunicación constante con el médico sobre la necesidad de ajustar o descontinuar medicamentos es crucial para adaptarse a los cambios en el cuerpo a lo largo del tiempo.

Finalmente, la planificación para el futuro emerge como una estrategia sabia. Conversar con la familia sobre preferencias en situaciones de hospitalización, caídas o pérdida de memoria garantiza que las decisiones reflejen los deseos del individuo. Este tipo de planificación debería iniciarse en la jubilación y ajustarse a medida que evolucionan las circunstancias. La continuidad en estas conversaciones asegura que la voz de la persona mayor se mantenga presente y respetada en todas las etapas del envejecimiento.