¿Qué hacer con la inseguridad en Neiva? Garrote y Zanahoria + Inversión Social
Escrito por Editorial Neiva Estéreo - 03/06/2023
Escrito por: Alfredo Vargas Ortiz
Si a cualquier ciudadano común de nuestra ciudad o de Colombia se le preguntara ¿Cuál es el principal problema de nuestro país? La seguridad ciudadana ocupa siempre un puesto muy importante, dado que a nadie le gusta tener que salir con miedo, ver amenazada su integridad y la de su familia por malhechores que pululan en las calles a más no poder, al punto que ya es común, que las personas decidan tomar la justicia por propia mano, lo cual es el síntoma de un Estado que le falla a la ciudadanía al no cumplir con el principal deber que esta Institución Social tiene de salvaguardar los derechos de las personas y asegurar que nadie los viole, so pena de recibir un castigo ejemplarizante.
Es esta la premisa de hace cientos de años, establecida en la Ley Fundamental del Sacro Imperio Romano Germánico que permitió que, en un lugar asediado por las guerras de los distintos señores feudales en edad media, se reflexionara sobre la importancia de crear un Estado que proveyera de seguridad y defensa ante las eventuales agresiones de los barbaros o de ciudadanos que se alejasen del noble propósito de asegura la paz perpetua a los que se asentaran en sus territorios.
Son varios los académicos que han diagnosticado la situación colombiana, uno de ellos Mauricio Villegas, quien muestra en su libro “Jueces sin Estado” como una autoridad jurisdiccional en lugares apartados no tiene otra opción que convivir con la criminalidad so pena de verse amenazado o incluso perder la vida en nombre del Estado. Los jueces están solos, y cuando ellos no puede ejecutar los fallos, y no existen mecanismos reales para que se cumplan los mismos, se pierde uno de los pilares fundamentales del Estado que legitima y justifica la existencia de esta institución, orientado a definir sin ambages que nadie puede acudir a la violencia o al uso de las armas para hacer justicia.
¿Es culpa del Estado que hoy estemos con altos niveles de inseguridad en nuestra ciudad? Si los es, sobre todo cuando se habla del nivel local en dónde es claro quiénes son los responsables de proveer las condiciones de seguridad en nuestro territorio, el Alcalde de Neiva Gorky Muñoz y su equipo de colaboradores, ocupados en defenderse de sus líos judiciales y de su incompetencia para manejar las finanzas del municipio, y de los problemas fundamentales de la ciudad, son los responsables directos de lo que ocurre.
Esta afirmación en diáfana, pues el problema de Neiva no tiene nada que ver con la carencia de recursos o con la ausencia de mecanismos institucionales que estén diseñados para atender y resolver los problemas de seguridad de la ciudad. Un ejemplo de ellos son 16 mil millones en 4 años del Fondo de Seguridad y Convivencia de Neiva, con los cuales, si se hubiesen administrado bien, habían podido generar 1200 empleos a jóvenes pandilleros y en situación de conflicto con la Ley. El enfoque social de la seguridad, parte de reconocer que no es metiendo a la cárcel a las personas que se rompe el circulo de la violencia y la delincuencia, sino acabando con los verdaderos factores que enriquecen en problema de la delincuencia, relacionados con el desempleo, la pobreza, la drogadicción, la violencia intrafamiliar y una cultura del atajo que se ha apropiado de las prácticas cotidianas del diario vivir de los colombianos.
Para atender este asunto y desde un enfoque social, en años pasados, se formuló el proyecto Territorios para la vida, la convivencia y la paz, como un camino que ya estaba trazado en la secretaria de Gobierno y convivencia de Neiva. Claro como no se trabaja sobre lo construido y lo que se busca es inventar el agua, ahora vienen a tomar medidas que son insulsas, sin un frente común para acabar con la pobreza y la miseria que hacen que en algunos casos los jóvenes terminen en la drogadicción y la delincuencia.
Por ello, es indispensable que exista más inteligencia para abordar las problemáticas sociales, más compromiso de toda la institucionalidad (Educación, pues cada joven sin estudiar es un potencial delincuente, Salud para la atención del consumo de sustancias psicoactivas y prevención de embarazos tempranos, Competitividad para la generación de oportunidades de empleo) y más contundencia en los resultados operativos de la policía, sumado a una comunidad activa que coopera con las autoridades, son las claves para hacer frente al flagelo de la delincuencia.
Debe partirse de la premisa que a los delincuentes hay que buscarlos en la calle y en los barrios marginales, para demostrarles que el Estado en su conjunto extiende una mano al que la quiera recibir con oportunidades (Zanahoria) pero advertirle que será implacable con quién no quiera retomar el camino del bien (Garrote). De nada sirve capturar a un delincuente que va a la cárcel a especializarse en el crimen, es fundamental que esté repare el daño ocasionado, con su trabajo, por ejemplo, en Neiva se necesita un plan de ornato, se requiere la recuperación de las vías rurales y urbanas, con esta mano de obra improductiva puede aprovecharse la oportunidad para que mediante proyectos productivos, el recluso se ocupe y que cuando salga tenga asegurada su subsistencia, con el pago que pueda recibir, que en un porcentaje importante este destinado a la reparación del daño ocasionado a la víctima y a la sociedad. Pero también para establecer que cuando salga tenga un patrimonio que le sirva para iniciar una nueva vida lejos de la delincuencia.
Romperle es espinazo a la inseguridad pasa por un Alcalde y equipo de trabajo que se comprometa a articular acciones de mejora, que georreferencie la criminalidad, y que haga una acupuntura social, invirtiendo en los lugares marginales y haciendo que la juventud se acerque a las instituciones educativas para que labren un futuro mejor. Convencidos que esta es la salida, resulta del todo fundamental entonces que los recursos que llegan para la seguridad de los neivanos sea invertidos con inteligencia y con el liderazgo de la autoridad municipal para que podamos ver por fin la luz al final del túnel.
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